Te llevo en la mirada
y en el áureo granero del recuerdo.
La razón se rebela en desacuerdo,
mas en él tu presencia es ya sagrada.
Ya no deseo nada
La razón se rebela en desacuerdo,
mas en él tu presencia es ya sagrada.
Ya no deseo nada
y no quiero pensar, porque me pierdo.
La verdad, ya casi no me acuerdo
de la vida anterior a tu llegada.
Me basta hasta la muerte
con el breve “te quiero” que dijiste.
No me importa, siquiera, no tenerte
ni saber si algún día me quisiste,
pues este sentimiento fue tan fuerte
que me basta aquel tiempo que me diste.
Tu huída me impusiste
y en el alma una arruga se marcó.
La vida sigue, el amor partió.
Candela Martí
Candela Martí