Se derrama sobre mi piel
el polvo de tus silencios,
en esta oscura hora
de una noche cualquiera.
Tatúas con palabras no dichas
estos labios redimidos de besos,
latiendo entre mi sangre
con sonrisas que no acunan olvidos.
con sonrisas que no acunan olvidos.
No puedo dolerme porque,
a pesarde tus ingrávidos silencios,
me resucitas el alma
cuando me siento morir.
Y no existe el mañana.
Candela Martí
Candela Martí