CONJUROS
Me transformas el alma en un manojo
de clamores ahogados que te buscan
y todos mis pretéritos se ofuscan
si me nombras con ansia y con antojo.
y todos mis pretéritos se ofuscan
si me nombras con ansia y con antojo.
Y tiembla en mí la flor, si me requieres,
navegante de sueños adictivos,
logrando que mis campos más furtivos
se rindan al placer que les infieres.
navegante de sueños adictivos,
logrando que mis campos más furtivos
se rindan al placer que les infieres.
No pregunto tampoco los motivos
si tatúas mi piel con tus saberes,
simplemente reclamo los haberes
por dejar mis sentidos tan cautivos.
Son tus brazos dos yunques incisivos
moldeando, candentes, mi destino
y a beber de tus aguas sólo atino,
sin pensar en presentes o en futuros.
Sumergirme en el bies de tus conjuros
será siempre la cruz de mi camino.
Candela Martí
Candela Martí