En esta tarde, preñada de otoño,
cuando el silencio ciñe mis tristezas,
abro la puerta a luces de otro cielo
cuajado de quimeras.
Me escondo entre las sombras.
Aflojo las cadenas y las riendas,
me empapo de doradas utopías,
rebusco en el cajón de las promesas
y espero en la antesala de los sueños.
Presiento cómo llegas;
es tu paso el que engendra mis latidos.
Tu recuerdo extermina toda pena
y transforma este tiempo en otro tiempo.
Todo el dolor se avienta,
todo presente calla
y vuelvo a recorrer aquella senda.
Candela Martí
Candela Martí