¡Ay, luna, lunita clara,
que tu luz ya no me busca!
que tu luz ya no me busca!
*
A este rincón de mi patio
ya no lo baña la luna;
se han marchitado las rosas
y me aprieta su angostura.
La noche es dueña y señora
y me mece en sus espumas.
Todo está yermo y marchito
como una tierra en ayunas.
En silencio me pregunto
porqué se ha ido la luna,
y no quiere iluminarme
con su claridad difusa.
Escucho una voz lejana
que me dice en ultratumba:
-No busques soles ni estrellas
ni azahares ni aleluyas.
Aquí no hay luna que brille
ni rosas que al amor buscan.
Sólo silencio entre rejas,
rejas de muerte en clausura.
Tu patio ya no es un patio,
que es un lugar entre brumas.
Ya no vives en tu casa,
que estás muerta entre penumbras-
¿Cuándo sucedió tal cosa?
pregunta mi voz en burla.
-Anoche, mientras dormías,
abrazada a tus locuras-
Empiezo a tomar conciencia
de esta mortal barahúnda.
A este rincón de mi patio
ya no lo baña la luna;
se han marchitado las rosas
y me aprieta su angostura.
La noche es dueña y señora
y me mece en sus espumas.
Todo está yermo y marchito
como una tierra en ayunas.
En silencio me pregunto
porqué se ha ido la luna,
y no quiere iluminarme
con su claridad difusa.
Escucho una voz lejana
que me dice en ultratumba:
-No busques soles ni estrellas
ni azahares ni aleluyas.
Aquí no hay luna que brille
ni rosas que al amor buscan.
Sólo silencio entre rejas,
rejas de muerte en clausura.
Tu patio ya no es un patio,
que es un lugar entre brumas.
Ya no vives en tu casa,
que estás muerta entre penumbras-
¿Cuándo sucedió tal cosa?
pregunta mi voz en burla.
-Anoche, mientras dormías,
abrazada a tus locuras-
Empiezo a tomar conciencia
de esta mortal barahúnda.
*
¡Ay, luna, lunita clara,
que tu luz en mí se nubla!
¡Ay, luna, lunita clara,
que tu luz en mí se nubla!
*
Ya no velarás mi sueño
ni acariciarás mis dunas.
No iluminarás mi patio
cuando tus luces repuntan.
No podré cantar poemas
creyendo que tú me escuchas.
Debo partir a otros mundos
para perderme en sus yuntas.
Aquí te dejo mis quejas
y mis querencias profundas,
para que con ellas hagas
un ramillete de dudas.
Abrázame con tus rayos
en esta insana negrura
y ayúdame con tu fuerza
a encontrar mi luz oculta.
Ya no velarás mi sueño
ni acariciarás mis dunas.
No iluminarás mi patio
cuando tus luces repuntan.
No podré cantar poemas
creyendo que tú me escuchas.
Debo partir a otros mundos
para perderme en sus yuntas.
Aquí te dejo mis quejas
y mis querencias profundas,
para que con ellas hagas
un ramillete de dudas.
Abrázame con tus rayos
en esta insana negrura
y ayúdame con tu fuerza
a encontrar mi luz oculta.
*
¡Ay, luna, lunita clara,
que ya me he quedado muda!
Candela Martí
¡Ay, luna, lunita clara,
que ya me he quedado muda!
Candela Martí