OASIS

 

(Imagen de Nicoletta Tomás)

OASIS       

Fui ladrona de estrellas en tus ojos
y su fulgor con usura robé,
pues noto que su luz siempre ilumina
el altar que en mi pecho yo te alcé.

A su vez, tú en los míos navegabas
buscando entre sus aguas la pasión,
ésa que en tu jardín ya no existía,
para paliar tu anhelo y tu ilusión.

Nuestras manos se asían con premura,
al saber que entre ellas iba a estar
el secreto de amor más prodigioso
que nadie en este mundo logró hallar.

Las rosas florecieron en la arena,
los ríos comenzaron a fluir
y en el vital oasis que creamos,
venturosos, quisimos revivir.
 
Y por ello, ladrona tú me nombras,
de tu luz, de tu noche  y de tu ser,
mas sabes que el desierto de la vida,
nos conjuró a los dos en su tejer. 

Tu razón, hoy, te empuja hacia otra senda,
espejismo que no te saciará;
  al sentir que si hay algo que es bien cierto,
es que este oasis... no se agostará.

 Candela Martí

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